<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar/13911383?origin\x3dhttp://eltiempoperdido.blogspot.com', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

jueves, junio 30, 2005

Fácil vs. Complicado vs. Difí­cil

Cuantas veces escucho que "ahora cualquiera puede sacar fotos", "ahora cualquiera puede hacer una película con una camarita", "con el photoshop cualquiera es fotógrafo", "con una PC cualquiera es músico". Esto me enoja muchísimo.
Son comentarios de dinosaurios (y no necesariamente en edad, es extremadamente común escuchar que un estudiante de fotografía crea que por tener una reflex manual sus fotos son mejores que las de una pocket automática) que se ven amenazados por talentos que toman atajos en pos de conseguir un mejor resultado. Que no se confunda un atajo con hacer las cosas mal.
La literatura es un ejemplo perfecto. Solo se necesita una hoja de papel y un lápiz, una máquina de escribir, una computadora. Sin embargo para los puristas pareciera que escribir bien tiene que ver con tener buena caligrafía.